Video de la expedición de Octubre en 2011 para la prospección y exploración de cañones en el área de Tatopani, Gandaki (Nepal) con el objetivo principal de la apertura del Bhalu Khola. Que lo disfruteis!
martes, 28 de mayo de 2013
domingo, 19 de mayo de 2013
Trailer ECH 2013, Runchet Khola
Os dejamos el trailer de lo que será el video de la expedición ECH 2013.La exploración y apertura del Runchet Khola... que lo disfruteis!
miércoles, 15 de mayo de 2013
1ª Crónica de la Expedición ECH'13
Namasté amigos,
Ayer llegamos todos a Katmandú
tras casi 35 días de expedición en los que hemos estado prácticamente
incomunicados.
Sólo a través del teléfono satélite hemos podido informar muy
puntualmente de los acontecimientos. Ya nos hubiera gustado compartir día a día
la evolución de la apertura del Runchet Khola, con nuestras inquietudes e
incertidumbres, que no han sido pocas.
Por eso queremos aprovechar para contar
de primera mano cómo ha sido la Expedición a grandes rasgos, antes de regresar
mañana a España.
Ya habrá tiempo para recrearnos en los detalles y las
anécdotas. De momento os dejamos este resumen, conformado por retales de
diarios y recuerdos.
“Este es nuestro décimo día en
Runchet y las expectativas de apertura se visten de optimismo por primera vez.
Tras llegar a los pies de estas montañas, las lluvias sembraron el pesimismo
entre el equipo por el temor a encontrarnos con un monzón prematuro. Han sido
casi siete días de lluvias persistentes que han complicado enormemente los
trabajos de prospección y de apertura.
Tras nuestra llegada a Runchet y
montar el campamento base, comenzamos
inmediatamente con los trabajos de prospección. Durante la jornada siguiente se
formaron tres equipos. Dos de ellos y pese a las lluvias, consiguieron inspeccionar
desde las sendas locales dos tramos del cañón; su tramo inferior (desde Runchet
hasta la confluencia con el Budhi Gandaki) y su tramo superior hasta la cota
2.200. El tercer equipo se quedó en el campo base ultimando preparativos.
Al día siguiente la lluvia
irrumpió en el valle con intensidad, imposibilitando cualquier trabajo de campo
y cuestionando el futuro de la expedición. Lo que pensábamos que eran precipitaciones
aisladas comenzaban a parecerse demasiado a las temidas lluvias premonzónicas.
Aun así, haciendo un acto de fe, continuamos con la exploración de un acceso a la cabecera por la vertiente Norte. Conseguimos llegar hasta la cota 2.900 y decidimos establecer allí un primer campamento avanzado.
Aun así, haciendo un acto de fe, continuamos con la exploración de un acceso a la cabecera por la vertiente Norte. Conseguimos llegar hasta la cota 2.900 y decidimos establecer allí un primer campamento avanzado.
Las lluvias siguen arreciando
mientras el caudal del cañón aumenta. Apostamos por seguir trabajando en los
tramos superiores de menos agua con la esperanza de que cese el mal tiempo y se
normalicen los tramos inferiores. Aun así, conseguimos montar el campamento
avanzado (C1) y explorar un posible escape de emergencia.
El día 24 de abril, desde el C1
un equipo acompañado por guías locales se encamina hacia la cabecera de cañón,
abriendo camino entre la selva nepali y alcanzando su objetivo a primera hora
de la tarde, estableciendo cabecera a 3.331 metros de altura, justo al inicio
de la cota de nieve. Aguas arriba el cañón sigue, pero ya con tramos de cauce
helados.
Se establece un C2 en un escape
del barranco situado a unos 50 min del C1, que servirá de punto de
avituallamiento.
El día 25 de abril se decide lanzar
el primer ataque y explorar el tramo superior del cañón. Nos levantamos a las 4
am y tras desayunar, nos encaminamos hacia la cabecera, que alcanzamos a las
8h.
Tras realizar la tradicional Puja y encomendar nuestra suerte a Shiva,
comenzamos por fin con la apertura del Runchet Khola. Desde el comienzo, el
cañón lleva abundante caudal y ofrece una morfología encajada, por lo que no
hay apenas pasos de transición.
Un rápel, otro rápel, pasillos, infinidad de
resaltes que se van superando entre la resbaladiza e impenetrable roca de
cuarcita hasta equipar un total de 13 verticales, alcanzando el C2 a las 15
horas.
La suerte parece haber cambiado.
Tras realizar una llamada por teléfono satélite a Katmandu, nos informan de que
nos esperan 15 días de buen tiempo. Los ánimos se vienen arriba y se decide
continuar con la exploración al día siguiente.
El día 26 se forman dos equipos
de apertura para explorar un tramo de cañón de unos 800 metros de desnivel y
del cual sólo se conoce un comprometido escape de emergencia, así que se
transporta intendencia de vivac.
Desde el C2, se explora hasta la cota 2.400
aproximadamente, donde se hace noche en el interior del cañón. Al día
siguiente, se continúa con la apertura, alcanzado la cota 2.200 a las 13h del
día 27 y dando por finalizada la exploración de los primeros 1.200 metros de
cañón.
El equipo al completo regresa al
campamento base. La jornada del día 28 se dedica a descansar y preparar la
apertura de los tramos medios.
El 29 de abril, se explora el
tramo comprendido entre la cota 2.200 y 1.900, aproximadamente. Se trata de un
tramo de cauce abierto en sus inicios, pero que a medida que vamos descendiendo
nos va sorprendiendo con varios saltos de hasta 8 metros y rápeles con
recepciones agitadas. Las contras y drossages comienzan a dominar las marmitas.
El 30 de abril fue un día muy
especial para nosotros. Se abrió el tramo que va desde la cota 1.900 hasta la
1.550 aproximadamente y que pasa por la población de Runchet. Ya son 15 días
los que llevamos conviviendo con la población y están expectantes de nuestras
actividades, pues por primera vez van a saber qué es lo que hemos estado
haciendo aguas arriba durante todos estos días.
Así pues este tramo se convierte en un descenso casi de exhibición. Los más jóvenes se encaraman desde lo alto de las paredes del cañón, casi arriesgando sus vidas para poder tener un lugar privilegiado desde el que observarnos.
En los tramos de cauce abierto, los escolares no reciben con entusiasmo, ya que en el colegio les han dado la mañana libre para poder vernos. Nos aplauden cada vez que nos ven bajar un rápel o saltar a una marmita.
Así pues este tramo se convierte en un descenso casi de exhibición. Los más jóvenes se encaraman desde lo alto de las paredes del cañón, casi arriesgando sus vidas para poder tener un lugar privilegiado desde el que observarnos.
En los tramos de cauce abierto, los escolares no reciben con entusiasmo, ya que en el colegio les han dado la mañana libre para poder vernos. Nos aplauden cada vez que nos ven bajar un rápel o saltar a una marmita.
Este tramo, de gran continuidad y
con cascadas de fuerte compromiso no nos lo puso nada fácil y permitió difundir
entre los habitantes de Runchet un gran respeto y admiración por nuestra
actividad.
A las pocas horas de terminar el
descenso, se desencadenó una tormenta descomunal. Llovió con tanta intensidad
que en pocos minutos el agua ya corría por el interior del campamento. El cañón
entró en carga violentamente tiñendo el cauce de turbulenta agua marrón y
llenando de sombras el futuro de la expedición. Nos vemos obligados a esperar
durante dos días a que el caudal se normalice. Aun así se aprovecha para
establecer los puntos de escape aguas abajo.
Las lluvias vespertinas no han
dado tregua, aunque han bajado su intensidad. El caudal de Runchet sigue siendo
bastante más alto del habitual, pero el tiempo se nos echa encima.
El día 3 de
mayo, se lanza un primer ataque al tramo inferior. Los restos de crecida son
evidentes y algunas de las instalaciones abandonadas el último día han quedado
sumergidas bajo el agua durante la crecida. Sobre el puente que marca el inicio
de este tramo final de 800 metros, valoramos el caudal y sobre todo, las tres
primeras dificultades.
Tres cascadas se suceden para darnos la bienvenida en
uno de los tramos más engorgados del descenso. Finalmente decidimos entrar tras
estudiar los pasos claves y coincidir en su viabilidad. Superamos las tres
cascadas por dentro del agua en uno de los rincones más bellos del descenso.
El
ambiente sombrío y fuertemente encajado nos evoca a los pasajes angostos de los
descensos más míticos. El descenso continua entre un caos monumental, donde el
agua se escurre entre pasillos esquivos que nos obligan a trabajar en cada
resalte.
En una de las recepciones, el primero mediante fuertes brazadas
consiguió escapar de la vena principal que en ese punto estaba asociada a un
sifón.
Pero por si faltaba algún ingrediente al descenso, una gran vertical de 70 metros aparece en nuestro camino conformando una de las cascadas más salvajes.
Tras un pasillo encajado, el agua se precipita al vacío, estallando en un
resalte ubicado 5 metros más abajo y que recoge también aguas que circulan a un
segundo nivel, creando un ambiente formidable. Mediante una escalada y tras
fraccionar a unos 20 metros, conseguimos salvar esta gran vertical.
Pero no
todo acababa ahí. Nuestro punto de escape se encuentra un poco más abajo y el
cañón todavía se reserva una sorpresa. En un tramo excavado en una de las cuarcitas
más duras que hemos encontrado, el cauce se estrecha, ganando velocidad y
precipitándose en una cascada de unos 15 metros. Intentamos salvarla por la
derecha, pero el taladro es incapaz de perforar la roca. Así que mediante
clavijas, intentamos trazar un pasamanos de unos 10 metros que en travesía, nos
permita salvar la dificultad.
Pero justo cuando tratamos de colocar el último
punto clave, desaparecen las grietas y la posibilidad de terminar el pasamanos.
Retrocedemos y tras echar un vistazo alrededor, vemos como única alternativa ir
en busca de un árbol que se encuentra en el margen contrario, a unos 15 metros
de altura sobre una de las placas inclinadas de cuarcita. Así que no sin
dificultades, conseguimos acceder a él y desde allí salvar este rápel que da por
finalizado este tramo. Son las 17h y llegamos al campamento con las últimas
luces del día.
En el equipo hay varios
componentes con problemas. Contracturas, gastroenteritis, cansancio,
tendinitis, contusiones… así que optamos por dejar un día de reposo general
para poder terminar todos juntos el último tramo del cañón.
A las 4 de la mañana del 4 de
mayo, nos levantamos todos para desayunar y abrir el último tramo hasta la
confluencia con el Budhi Gandaki. Sabemos que se trata de un tramo de cauce
amplio, pero hay unas “eses” fuera de nuestro alcance que no sabemos que
esconden.
Este último tramo, abierto en sus incios va ganando encajamiento a
medida que nos vamos acercando a su desembocadura, ofreciendo cascadas y resaltes
que vamos superando hasta que finalmente, a las 12h conseguimos superar los
tres últimos rápeles que nos separan del Budhi Gandaki. Allí, mojamos nuestros
pies en sus turbulentas aguas. El altímetro marca 872 metros, dando al Runchet
Khola, un desnivel total de 2.459 metros.
El Runchet se presenta como un
auténtico cañón sin apenas tiempos muertos. El caudal, la continuidad, el
ambiente y la baja temperatura del agua ha sido la tónica de un descenso que va
mostrando diferentes matices a medida que uno progresa por él. 7 días de apertura han hecho falta para
completar su exploración que establece 7 tramos de descenso con personalidad
propia.
Al ambiente alpino del primer tramo, le sigue el entorno salvaje y
completamente aislado del segundo y tercer tramo donde no existen escapes
operativos y se hace necesario pernoctar dentro. A partir del cuarto tramo el
agua comienza a dominar el entorno, surtiendo el recorrido de cascadas,
pasillos, marmitas y estrechos de gran valor estético y deportivo.
El tramo que
atraviesa Runchet no tiene desperdicio. Rápeles fraccionados, pasillos de agua
acanalada, cascadas que mueren en tormentosas marmitas y como no, la compañía
de la gente de Runchet, oberservándonos con curiosidad, algunos con admiración
y la mayoría con extrañeza. Y finalmente, los últimos tramos, los más
deportivos y que concentran casi todo tipo de dificultades: grandes rápeles,
sifones, contras, cascadas por el agua, pasillos, estrechos, etc…
Sin embargo, quizás lo que más
nos llena de satisfacción no es el hecho de haber encontrado un barranco de
estas dimensiones y con esta continuidad (unos 80 rápeles obligados), sino la
forma y la filosofía con la que hemos ejecutado su exploración. Abierto y
descendido de forma integral, en una sóla campaña, con tramos de obligada
autonomía y total desconocimiento, con campamento base, campamentos avanzados,
puntos de avituallamiento y con un trabajo de prospección tan intenso que ha
conseguido hacer factible lo que desde España parecía una osadía, estableciendo
tramos y objetivos ambiciosos pero asequibles. Sin duda la clave del éxito ha
sido la planificación.
También queremos destacar la humilde
labor humanitaria que hemos tratado de realizar en la zona. En este sentido,
cabe destacar el gran trabajo que Sanda Javares ha realizado como médico de la
población, atendiendo a decenas y decenas de personas durante sus días y ratos
“libres”.
También la donación al puesto de atención sanitaria de Runchet, donde
se hizo entrega de abundante material médico. Además se entregaron más de 600
lápices, mapas de Runchet a escala 1:15.000 confeccionados en España para la
ocasión y, sobretodo, la donación de 2.000 € que irán destinados íntegramente a
la equipación de un aula de informática en Runchet. Ayuda que nos sabe a bien
poco después del trato recibido por sus habitantes durante estos días.
No me extiendo más. Ahora parece
que queda muy lejos aquellos días en los que más de uno daba vueltas por la
noche en su tienda de campaña, pensando que el trabajo, el esfuerzo y la
inversión de todo un año iba a irse por la borda con las lluvias premonzónicas.
Ahora parece que todo ha sido fácil. Pero sólo nos han sobrado apenas tres días
de los 35 que ya llevamos en Nepal.
Namasté amigos
jueves, 9 de mayo de 2013
LO HEMOS CONSEGUIDO. El gran Rumchet Khola, ya está en la saca...
Artículo de La Revista Barrabés:
2.450m de desnivel, 11km de cañón himaláyico. ECH 2013, los españoles consiguen descender el Rumchet Khola, su monstruo en el Manaslu
http://www.barrabes.com/actualidad/noticias/2-8426/2450m-desnivel-11km-canon-himalayico.html
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